El sector de automoción es en el que más claramente se ha visto reflejada su apuesta por la digitalización, con la llegada de coches inteligentes y autónomos que es ya una realidad.

Este proceso se inicia en las plantas de producción y cadenas de ensamblado de las principales industrias de la automoción en todo el mundo, buscando modelos más sostenibles y eficientes. Se ha monitorizado el proceso de fabricación en su totalidad, con mayor control de dónde está cada coche y qué pieza o componente se ha implantado en él. Lo que permite detectar mucho antes cualquier problema, fallo, retraso en la producción, etc… y ganando en eficacia y eficiencia, lo que siempre se traduce en ahorro e incremento de percepción de valor del cliente.

Para ello se implantan sistemas de control para tener la trazabilidad de cada una de las piezas, sensores para reducir los tiempos de producción, detectar desviaciones, medición de KPI’s críticos como el O.E.E., producción más segmentada y no tan masiva.

Casos de éxito