El sector farmacéutico es más complejo que el resto por varias particularidades que forman parte de su propia idiosincrasia, por un lado, está liderado por empresas privadas, pero tiene que hacer frente a una fuerte regulación y severidad de la normativa, y por otro, largos tiempos de desarrollo e investigación de nuevos medicamentos y/o principios activos. Todo lo anterior hace que sea un sector con gran hermetismo y donde la evolución e innovación se vean frenadas.

Así pues, máxima seguridad de acceso y control de la información, así como a las instalaciones, y conexiones a la cadena de producción, son el punto sensible de la industria farmacéutica.

Desde que una empresa patenta un medicamento hasta que se comercializa, son años de investigación, que el sector está intentado reducir trabajando de forma coordinada con las administraciones y Agencia Europa del Medicamento. Aquí es dónde la  transformación digital puede aportar una verdadera ventaja competitiva, incrementando los procesos de control, detectando anomalías y contribuyendo a reducir tiempos, sin perder en eficacia, ni seguridad.

Casos de éxito