A menudo se olvida revisar y analizar las vulnerabilidades que hay en el acceso de las personas a la empresa o planta de producción.

Se invierte en ciberseguridad, y se olvida que tan importante es la seguridad física como la virtual. Existen dentro de nuestro centro de trabajo, áreas que son críticas para el funcionamiento y actividad, como CPD’s, depósitos de seguridad, despachos,… y se desconoce qué personas y cuándo han accedido a ellas.

Un sistema de control de acceso, permite tener controlado en todo momento quién accede a una zona determinada en base a:

  • Personas autorizadas: disponen de una tarjeta, pin, huella o credencial en el móvil, para acceder, el resto no puede.

  • Horario: Además de definir las personas autorizadas, se puede fijar un horario, en el que fuera de él, el acceso esté restringido.

  • Todos los accesos quedan registrados: Hay una base de datos en la que queda reflejando, quién, cuándo ha entrado a una zona específica.

  • Solución Inalámbrica: Fácil instalación, especialmente en zonas complejas de producción, y costes controlados.

  • Excepcionalmente: Es posible que en un momento dado, se desee facilitar la entrada a alguien que inicialmente no tiene credenciales y nos solicita autorización, pues bien, se puede realizar una apertura remota, sin que la persona que autoriza tenga que desplazarse a ese punto de la empresa, puede estar en otra ciudad, y hacerlo a través del móvil.

  • Llaves virtuales: Se pueden enviar a través del móvil, llaves virtuales para permitir el acceso a una persona determinada, durante un tiempo específico. Por ejemplo, un empleado se traslada a una sede diferente de la que trabaja habitualmente y se le permite el acceso durante 2 días que va a estar desplazado.

Este tipo de dispositivos, permiten controlar los accesos en tiempo real, se instalan en cualquier tipo de puertas y funcionan incluso con cortes en las comunicaciones o en el suministro eléctrico.