El control de un producto o materia prima, desde que entra a nuestras instalaciones hasta que sale de ellas, es imprescindible, si queremos asegurarnos del cumplimiento de los estándares definidos, tanto por la empresa, como por la normativa.
La trazabilidad va a favorecer la detección de errores o puntos de mejora en nuestro proceso de trabajo, lo que se traduce en reducción de costes. Es una forma proactiva de trabajar buscando siempre puntos de mejora, que nos permite detectar debilidades y perfeccionar el servicio ofrecido al cliente.
La digitalización y sus numerosas tecnologías, permiten obtener esta trazabilidad de forma automática, en tiempo real, y con datos concretos cuantificables y medibles, imprescindibles para un correcto análisis.